¿Dónde están ahora el caballo y el caballero? ¿Dónde el cuerno que sonaba? ¿Dónde están la mano en el arpa y el fuego rojo encendido? ¿Dónde están la primavera y la cosecha y la espiga alta que crece?... Han pasado como una lluvia en la montaña, como un viento en el prado; los días han descendido en el oeste en la sombra detrás de las colinas. ¿Quién recogerá el humo de la ardiente madera muerta, o verá los años fugitivos que vuelven del mar?

lunes, 4 de octubre de 2010

Heme aquí

Heme aquí... Después de muchas idas y venidas, de unas cuantas dudas y pocas respuestas, de innumerables incertidumbres y -como siempre- escasísimas certezas, puedo finalmente decir: "Heme aquí", y comenzar entonces con la tarea de desarrollar este blog.
Mentiría si dijera que la decisión de abrir este espacio fue inmediata, o que de la noche a la mañana los astros se alinearon y los hados se complotaron para que diera origen a este humilde intento de "bitácora personal".
Y es que, en realidad, reunir el coraje y tomar la resolución de comenzar con esta nueva tarea fue algo muy meditado y me llevo bastante tiempo. Las dudas fueron muchas y variadas; como sobre qué escribir por ejemplo, cómo y cuándo hacerlo, con qué propósito, para que lo lean quiénes y si realmente valía la pena dedicarle tiempo y trabajo a escriturar lo que no son más que pensamientos diarios, además del hecho innegable de que entre el trabajo y las carreras que curso probablemente me quede poco tiempo para dedicarle a este pequeño espacio, y no hay nada más triste que ver un blog abandonado.
Si, soy asiduo seguidor de distintos blogs. Confieso que disfruto mucho leyendo los complejos -y a veces no tanto- esquemas de razonamiento de los demás, sus dimes y diretes, sus opiniones, sus puntos de vista sobre la realidad diaria y las feroces discusiones que a veces se desatan entre propios y ajenos; pero de lector a escritor hay un largo trecho, y no soy muy afecto a los atajos ("los atajos cortos traen retrasos largos") y temía que este pequeño blog muriese incluso antes de nacer.
En fin, la cuestión es que finalmente acabé por entender que lo mejor de un blog no es escribir para otros (aunque eso también sea importante y los comentarios de los demas suelan configurar no solo la propia individualdiad sino también la parte más divertida de un blog), sino justamente escribir para uno mismo; vaciar la mente de ideas y volcarlas en una hoja blanca e inmaculada, vomitar todas esas cosas que de vez en cuando nos carcomen por dentro y que -cual barberos del rey Midas- pugnamos por gritar a los cuatro vientos, dejar que los dedos se deslicen raudos trazando los caracteres de aquellas cosas que escondemos con nosotros, de lo que nos marca, lo que nos quema, lo que nos despierta emoción, tristeza, lágrimas, risas y odios; de todo aquello, en fin, que nos configura como seres humanos.
Es así entonces que hoy puedo darles a todos -y en especial a mi mismo- la bienvenida a esta pequeña morada mía, a Rivendel, el Último Hogar e invitarlos a que recorran sus salones, sus jardines, sus cocinas, sus chimeneas, sus cuartos y sus galerías; de seguro cada cual encontrará aquello que esté buscando: cánticos, risas, historias de tiempos pasados, hazañas de héroes y ¿Por qué no? Tambien airadas discusiones, melancolías, tristezas y alguna que otra lágrima que ruede por las mejillas.
Si miráis con atención quizás podáis ver a un pequeño Hobbit que murmura cosas entre los dientes y se afana escribiendo con una pequeña pluma de cisne, no le molestéis es Bilbo Bolsón y esta terminando su obra de arte "Historia de una ida y una vuelta", estoy seguro que sus páginas algún día darán mucho de que hablar. Puede ser que os encontréis también con algún elfo, son seres sabios y alegres, pero no les pidáis consejo, ya sabéis lo que se dice de ellos: "no pidas consejo a los elfos, pues te dirán al mismo tiempo que sí y que no" y también eso otro de que "raras veces los elfos dan consejos, pues un consejo es un regalo muy peligroso, aun del sabio al sabio, ya que todos los rumbos pueden terminar mal". Y si tenéis mucha pero mucha suerte, tal vez vuestros pasos os lleven a la biblioteca del ala norte, donde se guarda todo el conocimiento de la Tierra y donde, de seguro, habréis de encontrarme, escarbando entre los innumerables volúmenes, arañando un poco -demasiado poco- de sabiduría.
Y quizás, si el ánimo os impulsa a ello, os sentéis junto a una mesa repleta de manjares, y en las noches estrelladas cantemos todos juntos y recordemos aquello que pasó, lo que pasará y lo que pudo ser.
Acercaos entonces al fuego y dejad que él os ilumine, que corren malos rumores en el mundo, en el Bosque Oscuro suenan los pasos de un horror sin nombre y en el este se agitan las sombras; pero hoy es un día de encuentros, de palabras y música, de pensamientos y recuerdos, asique coged una jarra de aguamiel o una pinta de cerveza según cuales sean vuestras preferencias y brindemos todos juntos por las historias de antaño.
Bienvenidos a Rivendel, bienvenidos al Último Hogar de elfos y hombres...

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